El aborto

San Fernando de Apure, noviembre 30 de 2016 Reflexión acerca del aborto por: Liliana López

   En la antigüedad una forma de control de natalidad, a través de la historia muchos son las opiniones que han surgido en torno al tema del aborto. Algunas corrientes piensan que es permisivo, mientras que otros opinan que es inadmisible, y tal disyunción generalmente gira en torno a la interrogante de si se debe considerar un "verdadero ser humano" a la célula, mórula, embrión o feto que se encuentra en el seno materno; fue prohibido gracias al afianzamiento de las religiones del mundo, y debido a los riesgos de muerte que representaba para la madre, se consideró ilegal hasta el siglo XIX, siendo Rusia el primer país en legalizar el aborto por voluntad expresa de la madre en 1920. 

   Según la OMS el aborto es un problema social que aumenta cada vez más, estimándose alrededor de 600.000 muertes maternas anuales debido a esto, de las cuales 90% ocurren en países subdesarrollados. Puede ser considerado un problema ético y moral y hasta legal en aquellos países donde se prohíbe el aborto inducido, y también puede constituir un problema de salud pública, puesto que las maniobras abortivas practicadas por las madres en estos países generalmente son precarias, sin control de las normas de asepsia y antisepsia, lo que conlleva a un aumento en la morbimortalidad materna. En los últimos tiempos se ha convertido en un tema polémico que es visto por muchos como un deterioro de la economía, valores, sociedad, sensibilidad humana.

   En Venezuela es un hecho punible, salvo el aborto terapéutico que es aquel justificado por razones médicas. Este es mundialmente aceptado y no punible ya que es el único que presenta razones correctas para la interrupción del embarazo. La vida es un campo de desigualdad, donde los que pueden no quieren y los que quieren no pueden, mujeres desean ser madres y no pueden otras pueden y lo desechan, algo si es seguro; que este acto genera un duelo natural que no se olvida, siempre está presente en la mente de los que lo practican. Lo cierto es que es la opinión de la madre la que cuenta realmente al momento de decidir si el producto que se encuentra en su vientre vivirá o morirá. 

  Es aquí entonces donde juega un papel importantísimo las influencias culturales que pueda tener esa madre, los valores que le hayan inculcado la familia y la sociedad, y su sentido común. Desafortunadamente, se consigue a diario que le es más fuerte la preocupación del daño que pudiera ocasionarle el rechazo familiar o social, que los sentimientos de amor y compasión que pudieran surgir hacia la vida que está creciendo en su interior. La condición humana enseña a respetar el modo de pensar de cada quien; Cada persona está en libertad de defender sus argumentos, y los demás están en el deber de respetarlo aunque no los compartan.

 Es esa opinión lo que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Los legítimos derechos de la mujer sobre su propio cuerpo, terminan donde comienzan los derechos del niño concebido en su vientre.

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